¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que pospusiste algo por mucho tiempo?

¿Algunos días?

¿Semanas?

Si bien esto puede parecer excesivo, ha habido casos en los que esto se ha hecho antes. Las personas pagan millones de dólares en impuestos adicionales anualmente debido a problemas relacionados con la procrastinación, como ser penalizados por presentar tarde o cometer errores costosos durante el estrés del tiempo.

La procrastinación es responsable de contratiempos financieros prevenibles para casi el cuarenta por ciento de todos los estadounidenses, según estimaciones proporcionadas por varios expertos.

Sin embargo, es mucho más que efectivo en su cuenta bancaria.

El miedo era la raíz de todo el problema.

Su escape temprano de la responsabilidad fue provocado por cierto nivel de miedo o incomodidad, que rápidamente se convirtió en pavor a medida que las posibles repercusiones se hicieron más evidentes.

Este es probablemente el costo más significativo que resulta de la procrastinación.

La disminución de la alegría y la salud general resultante.

¿Por qué, entonces, los individuos continúan haciéndolo?

¿Qué significa exactamente dejar las cosas para después?

Esto no es lo mismo que posponer una actividad.

Al fin y al cabo, hay ocasiones en las que posponemos algo por motivos muy válidos, como por ejemplo no poder hacerlo todo a la vez.

El acto de posponer algo a pesar de que sabes que es hora de comenzar es un ejemplo de una forma específica de retraso conocida como procrastinación.

La indecisión y la procrastinación están estrechamente relacionadas, pero no deben confundirse entre sí. La procrastinación es cuando ya has tomado una decisión pero no has actuado en consecuencia, mientras que la indecisión es cuando tienes problemas para llegar a una conclusión sobre algo.

La procrastinación, según la definición de los psicólogos, se define como el acto de retrasar la finalización de una tarea hasta el punto en que el individuo comienza a sentir malestar o sentimientos negativos.

Este parece ser el caso. A pesar de ello, posponemos las cosas en un intento de evitar molestias, lo cual es un esfuerzo infructuoso. Debido a esto, inventamos una excusa para hacer otra cosa, cualquier otra cosa, hasta que, finalmente, comenzamos a sentirnos incómodos con el hecho de que estamos evitando la situación estresante, dolorosa o incómoda.

Para superar la procrastinación, debe concentrarse menos en la gestión del tiempo y más en la gestión de sus emociones, como veremos en la siguiente discusión. Un paso importante es tomar conciencia de los sentimientos que impulsan nuestras acciones.

Cada uno de nosotros tiene sus propias historias y experiencias individuales de nuestras vidas, que juegan un papel en la configuración de nuestro comportamiento.

Luigi M. Ciapponi